martes, 4 de agosto de 2009

Contigo.

La sangre sale disparada, desde los pies a la cabeza, en un intento de liviar con el dolor. Quiero y no puedo moverme. Corre. Por Dios, corre. ¿Me escuchas? Te veo. Incluso sin ojos te vería. Prometo guardarte todo lo que me concedas, y darte el doble. Voy a aprovechar cada minuto de mi existencia en saborearte. Voy a recorrer tu espalda con mis dedos, y a entrelazar tus manos con mi pelo. Sabes que me encanta, pero no más que tú. Quiéreme porque te quiero. Te miro. Apartas la vista. Se me inundan las pupilas. Corre, no llegamos. Relación espacio-tiempo, Pirámide de Maslow. Eres la base de mi necesidad. Me miro en el espejo y te vuelvo a ver. Es lunes. Miento, es viernes. Parecen semanas. Voy a alcanzarte. No puedo. Miento, si puedo. No quiero, deseo hacerlo. Dame la mano. No llegamos. Juntos pero a millas de distancia. Estás más cerca de lo que te imaginas, no sabes hasta que punto. Tiemblo. Escribo. Llevo desgarrados los labios. De morderte. Morderme, quiero decir. Es imposible. Miento, es posible. Cierro los ojos. Te vas. ¡No!. Espérame. Y sino, llévame contigo. Haz que te mire desde lejos y que te sienta desde cerca. No te siento. Hago por sentirte. Me siento. Respiras. No quieres/puedes/sabes. Me duele. Rompo hojas/corazones/sueños. Y me los rompen. Y se los rompe. ¿Qué es? Es tan profundo que llora sangre/lágrimas/azúcar. Estudio de memoria historia. Miento, cada una de las partes de tu cuerpo, en realidad. Recito las de tu mente. Cierras los puños y piensas. Lo noto en las costillas. No puedo permanecer más aquí. Yo no soy yo, aquí. Ni allí. Sólo contigo. Prometo no hacerlo nunca más. Miento. Lo haría diez mil veces más. Esta noche soy de ti. Tuya. Mia, quería decir. Para el frente siempre. De lado. Pues no, otra vez para atrás. ¿Qué me pasa? Es tu nombre adaptado y repetido 5452134120675498054507201479540721470 mil veces. Millones. Millares de millones de miles de suspiros. Cantidad. De fotos. Miento, palabras. Todo se queda en palabras. Quiebro la comisura derecha. Tres sonrisas de (casi)felicidad. Sueños. Repetí esa palabra tres veces por segundo. Ahora la repito diez. Diez segundos. Desvío, desvías. Todo va, vuelve. Das, recibes. No debería morirme por vivir en tus brazos. Pero nada físico me motiva. Contigo soy yo.